Legislación laboral básica por cuenta ajena

El Derecho del Trabajo se presenta en la actualidad como herramienta de contención del empleo y soporte de la relación laboral. Los cambios tecnológicos están planteando dudas sobre la aplicabilidad en determinados modos de desarrollar el trabajo dependiente que, sin embargo, no está perdiendo su esencia de ajenidad de los frutos que produce la fuerza de trabajo remunerada.

Ingentes voces jurídicas acreditadas cuestionan la validez y alcance del Derecho del Trabajo en los tiempos y procesos actuales, si bien, analizando el volumen y tipología de empleos surgidos y mantenidos, podemos concluir que el trabajo por cuenta ajena que promueve y ordena la legislación laboral está, hoy en día, más vivo que nunca.

Orden temporal, funcional y remuneratorio siguen siendo aclamados como baluarte para organizar un proceso productivo vinculado a una dirección organizativa y a una fuerza de trabajo, igualmente entregada a la consecución del objetivo mercantil propuesto, siguiéndose para su consecución unos principios y unas pautas que marca el legislador como mínimos exigibles para entender protegidas a las partes de la relación laboral con mayor peso, si cabe, de la parte empleada sobre la empleadora.

Con estos mimbres, el legislador otorga a las partes de la relación laboral, libremente consensuadas, la capacidad de dirigir su orden laboral como mejor se adapte a las exigencias del mercado al que se debe el objeto empresarial y, de este modo, posibilitar la negociación de las condiciones de trabajo con el fin de intentar unificar lo máximo posible las naturalmente antagónicas posiciones organizativas de las partes de la relación laboral. Ambas partes, insistimos, se hayan interesadas en la meta común de preservar la unidad empresarial que los mantiene en sus posiciones profesionales.

Con esta guía de legislación laboral básica por cuenta ajena pretendemos de un modo flexible pero somero, acercar al lector a los principios básicos que rigen la relación laboral, del trabajador por cuenta ajena, voluntario y remunerado, respecto a su antagónico sujeto que supone, en dicho juego laboral, la parte empleadora.

Ambos, unidos por una legislación inicialmente reguladora de derechos y deberes laborales para la parte trabajadora, van a conformar una suerte de equipo de fuerzas de empleo que van a permitir el mantenimiento de la vía productiva y mercantil, en definitiva, de la vida social del ser humano.